Por primera vez, Louis Vuitton ha llegado al puerto de Barcelona para presentar su colección Crucero 2025 en la mágica ubicación del Parc Güell, un símbolo de la ciudad e ícono modernista. Este evento conmemora el décimo aniversario de Nicolas Ghesquière al frente de la firma, una ocasión especial que nos llena de entusiasmo al ver cómo las marcas eligen España para sus desfiles, en esta ocasión, en colaboración con James Chinlund, responsable de la escenografía y producción del evento.
La elección de Barcelona como sede del desfile se debe a su histórica relación con la ciudad y su arraigada conexión con la innovación y la vanguardia artística, desde la admiración por la obra de Gaudí hasta la apertura de la primera tienda de la marca en España en 1987. Además, la rica tradición artesanal en marroquinería de Cataluña se alinea perfectamente con la calidad y la excelencia por las que es reconocida la firma, mostrando una sinergia única entre la marca y el entorno local. En sintonía con este evento, Louis Vuitton presenta una colección cápsula que ofrecen prendas prêt-à-porte inspirado en la temática náutica en honor a la 37ª Copa América, celebrada en la ciudad condal, fusionando los emblemas de la casa con colores vivos y códigos náuticos en prendas y accesorios.
Con el descenso del sol, los invitados comenzaban a llegar a la zona monumental del parque, donde ascendían por las escaleras para acceder al desfile, disfrutando de la vista panorámica de Barcelona. Entre las personalidades presentes, tanto nacionales como internacionales, se destacaban el ícono del Kpop Felix Lee, la actriz Sophie Turner, el cantante Jaden Smith y las actrices Ana de Armas y Phoebe Dynevor. También se hicieron notar figuras locales como Ester Expósito, María Pedraza, Mina El Hammani, Nicole Wallace y Anna Castillo.
Las prendas diseñadas en formas onduladas, volúmenes y presencia evocan la inspiración y conexión del diseñador con Gaudí y su legado arquitectónico. Los estilismos, inspirados en la morfología del lugar y la naturaleza, utilizando colores neutros como el beige, recuerdan el color tierra que caracteriza las piedras del parque. Las flores como representación de la naturaleza tuvieron su hueco entre los diseños, manteniendo la elegancia y sensualidad, una mezcla entre estilos pasados y futuros, con diversas formas y dimensiones que componían la colección. Las modelos desfilaban mimetizándose con el entorno, vestidos y maxitrajes de chaqueta en corte recto y femenino, hombreras, gafas futuristas y sombreros de inspiración cordobesa que han encabezado el relato del desfile. Nicolas Ghesquière capturó la esencia del lugar, la cultura de Barcelona y la herencia de Gaudí en una colección única y pragmática.
Por: Ainhoa Franco
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