Desde su infancia, Sergio mantenía una conexión especial con el diseño. Él disfrutaba creando personajes y diseñando trajes únicos para ellos, permitiendo que su imaginación volara más allá de su entorno. A pesar de haber crecido en una zona remota de Uruguay, lejos de las tendencias, su creatividad siempre encontraba una manera de expresarse. "En mi casa, la moda no generaba ningún interés", cuenta. "Siento como si hubiera sido yo quien creó esta senda por mí mismo". Después de mucho tiempo de dedicación y compromiso, finalmente su sueño de participar en la pasarela de la 080 Barcelona se ha hecho realidad.
Desde su infancia, marcada por la influencia de la cultura brasileña al mudarse a Rivera, en la frontera con Brasil, encontró en ese mundo “más vivo, más querido” una inspiración inagotable. A los 16 o 17 años, presentó su primer desfile en un club nocturno en Brasil, y allí descubrió que podía convertir su pasión en una carrera. Aunque intentó estudiar arquitectura tras la secundaria, pronto notó que “disfrutaba de ello, pero no me llenaba del todo.” Su creatividad encontró un nuevo impulso en su vida personal junto a Emiliano Mosciaro, su marido y artista, quien aportó los estampados florales a su última colección, una colaboración especial donde “nuestras visiones se fusionan y creamos algo único juntos.”
La 080 Barcelona marcó un antes y un después en su carrera. “Llevo años viendo esas pasarelas y soñaba con estar ahí”, confiesa, recordando el momento al recibir la noticia de que había sido seleccionado. La colección que presentó fue el fruto de tres meses de duro trabajo, en los que cada detalle estaba pensado para transmitir sus valores de inclusión y diversidad. “Seleccioné modelos de diferentes edades, cuerpos y personalidades, porque es lo que representa mi marca”, para él la moda debe reflejar el mundo en toda su riqueza. Estos principios los aplica también en su día a día y en encargos personalizados, donde busca que cada diseño transmita confianza y autenticidad: “No quiero que mis clientes sientan que la moda los limita; quiero que sientan que los a gusto, que les da fuerza.”
Sergio tiene grandes aspiraciones para su marca, que actualmente desarrolla desde su atelier en Valencia. Desde allí, sueña con expandirse y abrir tiendas en distintas ciudades de España, creando una estructura empresarial que permita a otros creativos desarrollarse en el sector. A largo plazo, se imagina desfilando en París o en alguna de las grandes pasarelas internacionales. “Sé que es un camino difícil, pero quiero que mi marca trascienda. Que cuando yo ya no esté, continúe creciendo, generando cosas positivas y conectando con personas en distintas partes del mundo”.
Su historia brilla por su humildad y cercanía, valorando profundamente el apoyo de quienes lo acompañan en su camino. “No necesito ser una estrella. Que alguien se tome el tiempo de venir a un desfile y conocer mi trabajo es algo que valoro muchísimo”, afirma, enfatizando la importancia de conectar con quienes aprecian su arte. Cada diseño suyo desafía normas y abre un espacio de expresión libre, recordándonos que, sin importar el origen o las limitaciones, los sueños pueden hacerse realidad. “Yo vine del interior de Uruguay, de una familia sin recursos, y hoy estoy aquí, en una pasarela internacional. Si yo lo logré, sé que otros también pueden”. Para él, la moda es más que una prenda: es libertad, autenticidad y conexión, y su historia nos inspira a creer en uno mismo y a perseguir los sueños sin perder aquello que nos hace únicos.
Por: Ainhoa Franco
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